Arpilleras chilenas en Roma: La historia relatada con hilo y aguja
La Biblioteca de la Organización Internazionale italo-latinoamericana (IILA) fue el escenario, el martes 9 de este mes, del interesante encuentro “Las arpilleras chilenas: memoria, derechos humanos y movimiento de las mujeres”, realizado en conjunto por la embajada de Chile, la IILA y la Asociacion “Collettivo l’Aquila Reale E.T.S”, con la participación de una delegacion de la Casa de la Mujer de Huamachuco”, encabezada por su fundadora y representante historica, Aida Moreno Reyes y un grupo de arpilleristas de ese centro.
El encuentro inicio con los saludos de la secretaria de Cultura de la Iila, Claudia Barattini y del embajadorde Chile, Ennio Vicaldi quienes subrayaron el importante rol de las mujeres en la restauracion democratica de Chile y como las arpilleras no slamente se convintieron en un elemento necesario per la subsistencia, en un moemnto en que la mujer se vio obligada a ser “jefe de hogar”, sino un medio para denuncias al mundo las atrocidades de la dictadura chilena.
Por su parte la docente de lengua y literatura española de la Universidad Roma Tre, Angela di Matteo recordó el vínculo entre “tejido” y “texto”, que comparten la misma raíz etimológica latina textus, por eso “tejer y hablar comparten el mismo objetivo: contar, narrar a través de una trama, de nudos que crean una red, de hilos e historias que se encuentran”.
En este sentido, hacer hoy una arpillera, “participar en un taller, darse el tiempo de coser, de tejer, de pensar, sigue siendo una revolución: porque contraponiendo la ternura a la tortura, el reflexionar al producir, la individualidad al trabajo colectivo, se generan nuevas estrategias tanto simbólicas como materiales de denuncia y de subsistencia”, hecho que contribuye no solo a salvaguardar la herencia cultural de una comuna y a la vez de todo un país, sino que “permite reestructurar una ética de la belleza y del cuidado”.
La periodista e investigadora Beatriz Silva, chilena, diputada en el parlamento autonomico de Cataluña se refirio al rol de las arpilleristas en la resistencia a la dictadura de Pinochet, ya que las arpilleras “ fueron de alguna manera una forma más de resistencia. Una forma que durante años no se le dio el suficiente valor porque, como en tantos otros ámbitos, lo que hacen las mujeres queda siempre en un segundo plano, invisibilizado. Las arpilleras no se firmaban. No sabemos quiénes fueron sus autoras porque, como ha sucedido a lo largo de la historia con el arte hecho por mujeres, permanece anónimo, no se le da el mismo valor que a las obras que hacen los hombres”.
En su opinión, “es difícil hablar de las arpilleras sin hablar de la justicia pendiente, de la dificultad de convivir con la memoria, con el trauma individual y colectivo, porque la justicia sigue pendiente en Chile”, razón por la que “no solo es necesario escribir la memoria democrática pendiente, sino que es necesario que tenga una mirada femenina, una que impida que las violaciones a los derechos humanos se repitan en Chile”.
Emotivo y conmovedor el testimonio de Aida Moreno quién explico los comienzos y las dificultades de susistencia en un barrio marginal de Chile y la tenacidad con que las mujeres fueron capaces de sobreponerse y empezar a contruir “piedra sobre piedra” estructuras capaces de responder a las exigencias concretas de las mujeres del sector, por ejemplo uan guardería infantil que se logró construir, donde las mamás `pueden dejar a sus niños en las tardes después del colegio, allí “toman colacion y hacen sus tareas”, explicó esta valiente pobladora que predico con el ejemplo, ya que, con sacrificio y tenacidad crió cinco hijos “todos profesionales”, enfatizó con una legitima sonrisa de orgullo.
