Mesa redonda sobre agricultura familiar campesina

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La embajada de Chile en Italia fue sede de la mesa redonda “Avanzando hacia la construcción de un plan de acción nacional para la agricultura familiar campesina en Chile, en el marco del decenio de las Naciones Unidas para la agricultura familiar (2019-2028)”.

En la Mesa Redonda participaron Santiago Rojas, director nacional de INDAP; Juan Ruiz, responsable de la Oficina Multipaís para Región Andina y Cono Sur de la División de América Latina y el Caribe del FIDA, y el  embajador Mario Arvelo, representante permanente de la República Dominicana ante FAO, FIDA y PMA.

El embajador de Chile en Italia, Ennio Vivaldi, al introducir el evento, recalcó la importancia de la agricultura familiar campesina en nuestras sociedades, especificando la necesidad de entender que “un mínimo de responsabilidad para con el país, así como para sus habitantes, es asumir los riesgos que implica hoy en día la inseguridad alimentaria y el vínculo que tiene con situaciones como la transición energética hasta el cambio climático”.

Asimismo, en su opinión “este tipo de problemáticas solo podrán ser abordadas de una manera transnacional en el sentido que tienen que estar representados distintos organismos multilaterales e interdisciplinarios”.  En este sentido “algunos puntos son clave, como la preocupación por las poblaciones rurales y las condiciones de trabajo, así como la preocupación muy importante en cuestiones directamente vinculadas, como las temáticas de género y la situación que viven las mujeres para sostener los hogares en las zonas rurales, así como la situación de enorme desigualdad con la que son tratadas esas poblaciones”.

“Otro tema que nos importa mucho es la formación de jóvenes”, agregó el diplomático, “para que, en vez de dejar el territorio natal, puedan ser grandes aportadores a una vida mejor en las zonas rurales, respetando las tradiciones; desde ese punto de vista la experiencia italiana es notable, es por eso que hemos querido hacer esto en un contexto en el cual estamos trabajando con la realidad que se vive en Italia”.

Por su parte, Santiago Rojas señaló que “la principal problemática o desafío que enfrentamos es evitar el proceso de descampenización, hacer que las personas que viven en la ruralidad puedan permanecer en el campo y desarrollar una vida digna con el fin de que las y los jóvenes rurales puedan, independientemente de que vayan a estudiar, después también regresar a sus lugares de origen”.

“O personas que decidan desarrollar una vida en el campo, puedan hacerlo, producir eficientemente, tener acceso a recursos, al agua, a financiamientos, a asistencia técnica. De esa manera, podrán producir alimentos saludables para la población y tener ingresos suficientes para tener una buena vida”, concluyó el director nacional de INDAP.

Respecto de los retos de las Naciones Unidas en este decenio dedicado a la agricultura familiar, en opinión del embajador Mario Arvelo, “existe en realidad un abanico de desafíos: el primero, pero en ningún modo único, es el de tener una estructura jurídica que garantice la diferenciación del agricultor familiar. Pero no solo con esto se puede conseguir que los agricultores familiares logren realmente la seguridad alimentaria para sí mismos, sus familias, sus comunidades y el mundo. También tiene que haber un compromiso de parte de los gobiernos, de la sociedad civil, del sector privado, de todos los actores relevantes para dar a conocer las necesidades de los agricultores familiares; hay que movilizar recursos financieros, también capital humano, crear capacidades locales. abrir mercados a nivel de países, de regiones, para que los productos que emergen de la agricultura familiar puedan llegar a consumidores del mercado global”.

Sobre la relación entre Chile y el FIDA, Juan Ruiz Cumplido señaló que instituciones de nuestro país habían solicitado “apoyo en la puesta en marcha del nuevo plan de acción de la agricultura familiar campesina indígena, sobre todo, para sostener a las organizaciones locales a tener una mayor presencia en las políticas públicas con miras a que, en definitiva, consigan mayores y mejores inversiones públicas para impulsar programas productivos de la agricultura familiar”.

“Esto significa una mayor capacidad de producción, mayor acceso al mercado local, pero también mirando a las posibilidades que se abren respecto de todas las cadenas de valor internacionales en las que Chile está participando, en la óptica de mayor de resiliencia climática y teniendo en cuenta todos los retos ambientales que Chile tiene. Para ello, estamos negociando una nueva estrategia país entre Chile y el FIDA para los próximos 3 años, que esperamos firmar en el primer trimestre del 2024”, concluyó.

Finalmente, todos los panelistas concluyeron en la importancia de avanzar en la implementación de los planes estratégicos que se adopte y en la necesidad de apoyarlos presupuestariamente, a nivel nacional e internacional.

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