Relaciones Bilaterales

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Antecedentes históricos dan cuenta de la estrecha relación que ha existido entre Chile y el Paraguay, desde el nacimiento de ambos Estados. El Canónigo Juan Pablo Fretes, Diputado patriota por Puchacay, que presidió el Congreso Nacional de Chile del 19 de octubre al 22 de noviembre de 1811, era hijo de un Capitán de Milicias paraguayo. La diplomacia chilena intentó mediar en la guerra de la Triple Alianza contra el Paraguay (siglo XIX) y contribuyó en los acuerdos de paz (siglo XX) que pusieron fin a la Guerra del Chaco. Los lazos culturales y los intercambios comerciales entre ambos países han sido permanentes desde la época del dominio español y se han visto afianzados en todos los planos a la luz de recíproca condición de Estados para-vecinales. 

La centralidad del Paraguay en América del Sur marca su importancia estratégica regional y propicia la generación de vínculos estables, siempre vigentes, en los más diversos ámbitos del plano bilateral. 

Los vínculos entre Chile y Paraguay se basan en la cooperación, entendimiento e integración, así como una estrecha colaboración y apoyo recíproco a nivel regional y multilateral. Los principales temas de la agenda bilateral se centran en la integración física (corredores bioceánicos, en particular, el corredor de Puerto Murtinho-Antofagasta), la utilización de un Depósito y Zona Franca en Antofagasta en beneficio de Paraguay y la cooperación en el ámbito energético. 

En el ámbito comercial, Chile ha ofrecido a Paraguay ser su plataforma para la exportación de sus productos al Pacífico. Para ello, ambos países han trabajado en la implementación de cadenas productivas para mejorar la competitividad de la industria paraguaya. 

Paraguay exporta a Chile, principalmente, carne y balanceados de soja, arroz y granos. Entretanto, Paraguay importa de Chile bienes de capital, industriales y comerciales, agroalimentarios, vinos, aceite de oliva, salmón e ingredientes gourmet, entre otros. 

Como se aprecia, la sólida relación y la gran sintonía política que existe entre nuestros países genera amplias perspectivas para un robustecimiento de nuestra ya extensa agenda bilateral y un impulso significativo de la cooperación y del diálogo político.