Canciller de Chile interviene ante Asamblea General de la OEA sobre Bolivia

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San Salvador, El Salvador, 07 de junio de 2011

Discurso del Ministro de Relaciones Exteriores, Alfredo Moreno, sobre Bolivia en la Cuarta Sesión Plenaria del XVI Período de Sesiones de la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA)

Señor Presidente de la Asamblea General; Señor Secretario General de la OEA

Señores Ministros de Relaciones Exteriores; Señores Representantes Permanentes

Señoras y señores

BICENTENARIO Y HERENCIA COLONIAL

Parte de las naciones que integran esta Organización ya han conmemorado el bicentenario de su independencia y otras están próximas a hacerlo.

Con orgullo constatamos cómo se han ido dejando atrás las últimas diferencias limítrofes, gestadas en los numerosos problemas de delimitación con que nacieron los nuevos Estados independientes de América.

Estos problemas en algunas ocasiones se resolvieron pacíficamente, pero muchas veces dieron lugar a conflictos armados, durante el siglo XIX y parte del siglo pasado.

Así se delinearon nuestras fronteras, las que se expresaron en tratados y que nos permiten conmemorar un Bicentenario en paz y convivencia pacífica entre nuestros pueblos.

TRATADO 1904

En 1904, es decir veinte años después de concluido el conflicto armado de la guerra del Pacífico y 25 años después de la última batalla en que participó Bolivia, Chile y Bolivia firmaron el Tratado de Paz y Amistad que fijó los límites definitivos entre nuestros Estados.

Este describe prolijamente la traza limítrofe a lo largo de la frontera común entre Chile y Bolivia. No existen territorios sujetos a cláusula resolutoria o a un estado precario.

Chile se comprometió por el Tratado a una serie de obligaciones, compensaciones y facilidades que se han cumplido rigurosamente por lo que debo rechazar con mucha energía y total claridad lo señalado por el Canciller Choquehuanca por carecer de veracidad. Entre ellas, se pueden mencionar el más amplio libre tránsito por los puertos chilenos para el comercio boliviano, el pago de diversas deudas bolivianas y la construcción de un ferrocarril entre Arica y La Paz.

Posteriormente y con el ánimo de estrechar sus lazos de amistad, Chile y Bolivia han firmado acuerdos que ampliaron y profundizaron los derechos concedidos a Bolivia. Por ejemplo, en materia de libre tránsito, en 1937 ambos Estados firmaron la Convención sobre Tránsito que hizo aplicable el libre tránsito incluso a los armamentos. Las garantías que otorga Chile a Bolivia son superiores a las que recomienda la Convención de Naciones Unidas de Países sin Litoral.

RESOLUCIONES OEA 1979-1989

Respecto a los acuerdos de la Asamblea General de la OEA, adoptados entre 1979 y 1989, a los que Bolivia ha aludido en este foro, Chile ha declarado consistentemente que los asuntos que afectan la integridad territorial de los Estados miembros, son estrictamente asuntos bilaterales. Ningún Estado miembro puede arrogarse la facultad de intervenir en cuestiones bilaterales sin el consentimiento de los afectados. Por ello, una vez más, hemos objetado como cada año la inclusión de este punto en la agenda como consta en actas. Esta es la misma posición que Chile y los restantes países miembros han tenido cuando se han conocido en la Asamblea los problemas limítrofes de otras naciones de esta organización. Nunca se ha intervenido en lo que corresponde a los países involucrados resolver, mediante el respeto y la utilización de los tratados vigentes que los unen.

En esta misma línea, en el caso de Bolivia y Chile, desde hace más de veinte años la situación es radicalmente distinta a la de la década del ochenta y las recomendaciones de esta Asamblea sólo han hecho un llamado al diálogo entre ambos países.

Y quiero decirles que Chile comparte plenamente ese objetivo.

Mi país en el marco de una democracia sólida, estable y robusta ha dado muestras suficientes de espíritu solidario e integrador. Es en este espíritu que invitamos a Bolivia, cuando nuestros dos países y el continente celebran que todos sus Estados miembros gozan de la democracia, a retomar la senda del diálogo y a respetar los tratados que nos unen desde hace más de 100 años.

CONSTITUCION BOLIVIANA

Señor presidente, los Estados son soberanos de fijar el marco legal que estimen conveniente para regular su orden interno. Respetamos esa independencia y la libertad de cada país para definir sus propios destinos.

Sin embargo, Bolivia promulgó una nueva Constitución el año 2009, que da un mandato constitucional al gobierno de denunciar o, en su caso, renegociar aquellos tratados que obstaculicen el acceso soberano de su país al mar.

En efecto, los artículos 267 y el noveno transitorio de la Constitución de Bolivia expresan lo siguiente:

REIVINDICACIÓN MARÍTIMA (Artículo 267):

"I.- El Estado boliviano declara su derecho irrenunciable e imprescriptible sobre el territorio que le dé acceso al Océano Pacífico y su espacio marítimo."

DISPOSICIONES TRANSITORIAS. (Novena):

"Los tratados Internacionales anteriores a la Constitución y que no la contradigan se mantendrán en el ordenamiento jurídico interno, con rango de ley. En el plazo de cuatro años desde la elección del nuevo Órgano Ejecutivo, éste denunciará y, en su caso, renegociará los tratados internacionales que sean contrarios a la Constitución".

Chile hizo una reserva de dichas normas constitucionales.

Ningún Estado puede ampararse en normas de orden interno para unilateralmente denunciar un tratado de carácter limítrofe, menos aun si estas normas internas fueron creadas un siglo después del tratado.

Este es un principio básico que ha sido ampliamente reconocido y recogido por el Derecho Internacional.

DIÁLOGO

Señor presidente, es voluntad de Chile alcanzar las mejores relaciones con Bolivia.

A pesar que Bolivia suspendió sus relaciones diplomáticas con Chile en 1978, situación que subsiste, hasta el 23 de marzo pasado tuvimos con Bolivia una agenda de trabajo, denominada Agenda de 13 puntos, de progresos y resultados visibles y productivos.

El Gobierno del presidente Sebastián Piñera asumió hace tan sólo poco más de un año. En ese período se intensificaron los contactos y los vínculos con Bolivia y se celebraron importantes acercamientos. Baste mencionar que los presidentes de ambos países se reunieron 8 veces en el último año.

En este período se lograron importantes avances, especialmente en el tema de la rehabilitación del ferrocarril de Arica a La Paz, en el proceso para utilizar el puerto de Iquique, solicitado por Bolivia y en la repartición de las aguas del río Silala, aunque esto último fue posteriormente rechazado por Bolivia, aún cuando contaba con la aprobación de la Comisión bilateral, de la cual forma parte y fue aprobado en esa misma comisión por la propia Bolivia.

Los presidentes acordaron en diciembre pasado elevar el nivel del dialogo bilateral a una Comisión especial encabezada por los Ministros de RR.EE., acompañados de equipos técnicos permanentes. Este acuerdo explica sin necesidad de más detalles el por qué no se continuó con las reuniones a nivel de Vicecancilleres ya que se reemplazó por acuerdo de los Presidentes por una reunión de mayor nivel.

Esta Comisión se reunió por primera vez en enero en Santiago y luego en febrero de 2011 en La Paz, siendo la primera vez en décadas que un canciller chileno hace una visita bilateral a ese país. Y quiero decirles que lo hice con afecto y con convencimiento que ese es el camino para resolver cualquier disputa que nos separe.

Testimonio de este clima positivo y de estos avances son las declaraciones que el propio presidente Evo Morales hizo hasta antes del 23 de marzo, elogiando el proceso de diálogo bilateral.

Incluso el mismo día 23 de marzo, en una entrevista a un periódico de Santiago, señaló que su discurso hacia Chile "será para seguir profundizando la confianza" y que "un problema de tantos años (el reclamo marítimo) no se podía resolver en tan corto tiempo". Frente a una consulta respecto de recurrir a una instancia judicial internacional, el Presidente Evo Morales respondió, como digo el 23 de marzo en la mañana: "En eso no creo tanto". Luego, sorpresivamente ese mismo día el presidente de Bolivia anunció en La Paz la multilateralización y judicialización de su pretensión marítima, interrumpiendo de hecho el diálogo y el clima de confianza alcanzado hasta el momento.

La pretensión boliviana de obtener un acceso útil y soberano al Océano Pacífico a través de territorios que constituyen parte integral e indivisible de Chile, y que fueron jurídicamente reconocidos en tal carácter por el tratado de 1904, tal como quedó plasmado en su nueva Constitución, desgraciadamente, no es posible ni aceptable para mi país ni para el ordenamiento jurídico internacional.

Chile ha señalado muy claramente que no está en condiciones de otorgar a Bolivia un acceso soberano al Océano Pacífico, menos aún sin compensaciones. No hay ningún ejemplo de otros países en el mundo que hayan hecho algo semejante.

El territorio de Chile, consolidado hace más de 100 años, no tiene por que ser dividido. La concreción de esta pretensión por territorios cuya disputa se resolvió hace más de un siglo, interrumpiría la continuidad territorial de Chile y afectaría zonas consolidadas y con una masiva población chilena.

Señor presidente, al concluir mis palabras quiero manifestar que lo que se requiere es un nuevo esfuerzo para proseguir el diálogo sorpresivamente interrumpido, como ya he señalado y volver a enfocarlo hacia soluciones útiles para el pueblo boliviano, factibles, concretas y mutuamente satisfactorias, tal como ha señalado en Canciller Choquehuanca. Solo así encontraremos los caminos para el efectivo beneficio y progreso de nuestros pueblos.

Cualquier otro camino nos parece es inútil y no conducente a obtener los beneficios esperados.

Cualquier tratativa referente a la aspiración marítima boliviana debe basarse en los tratados vigentes y constituye un asunto estrictamente bilateral y que por lo mismo, escapa a la competencia de esta Organización. Esto es lo mismo, como ya señalé anteriormente, que la OEA ha indicado en todos y cada uno de los casos de diferencias limítrofes entre cualquiera de sus Estados.

Por otra parte, recorrer el camino de la judicialización naturalmente implicaría que Chile haga valer sus argumentos, ya que el derecho internacional y la jurisprudencia le respaldan con meridiana claridad. Bolivia puede seguir ese camino pero esos temas judicializados naturalmente quedarían en manos de los jueces.

Chile ha manifestado y quiere reiterar en esta oportunidad su voluntad de continuar un diálogo para alcanzar soluciones mutuamente aceptables y que signifiquen beneficios para ambos pueblos, que miren al futuro y que reflejen el espíritu de integración y solidaridad que debe primar entre naciones hermanas y vecinas.

En ese espíritu, Chile tiene la mejor disposición para seguir explorando con Bolivia la concesión de terrenos y facilidades para desarrollar las actividades que requiera y mejorar su cualidad marítima.

Nuestra posición la hemos manifestado desde un inicio en forma clara y pública, y corresponde a Bolivia decidir el camino. Por nuestra parte, aprovecho esta ocasión para reiterar nuestra invitación a avanzar juntos en la dirección del progreso mutuo, basados en el respeto de nuestros países, la intangibilidad de los tratados que hemos acordado y la búsqueda de acuerdos en el marco de una auténtica integración, para lo cual desde ya comprometemos todos nuestros esfuerzos y toda nuestra energía.

Muchas gracias,