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Destacan a la Alianza del Pacifico en España

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  • Encuentro en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo convocó a especialistas que coincidieron en destacar el importante futuro que representa la AP para negociar con Asia.
  • Embajadores de Chile, México y Filipinas enmarcaron la evolución de la nueva asociación en la conmemoración de los 500 años del avistamiento del Oceánico Pacífico por el extremeño Vasco Núñez de Balboa

Madrid, 3 de agosto de 2013

La solidez que conforma la nueva asociación de la Alianza del Pacífico, fundada hace un año por Chile, Perú, México y Colombia y a la que se han incorporado países observadores como España, y otras naciones centroamericanas, es la mejor demostración de las buenas perspectivas que ofrece la alianza para que las empresas españolas pueda comerciar con la naciones asiáticas. Así lo sostuvo el Embajador Sergio Romero al participar en el encuentro internacional, denominado “España en el Pacífico”, que organizó la UIMP cuyo rector, César Nombela destacó el alto nivel de los participantes que estuvo dirigido por el catedrático español Ramón Tamanes y también contó con la participación del Embajador de México en España, Francisco Javier Ramírez y el embajador de Filipinas, Carlos Salinas, como se aprecia en la fotografía.

ESPAÑA MIRA AL OESTE

El Embajador Romero señaló en parte de su intervención los siguientes conceptos:

“En vista de las circunstancias actuales, podemos decir que transcurridos 500 años desde el descubrimiento del Mar del Sur, España se ha vuelto a situar en la necesidad de mirar hacia el oeste: hacia América Latina y hacia el Océano Pacífico, impulsado nuevamente por un interés económico.

Así lo ha afirmado el propio Rey Juan Carlos durante la inauguración de la XXII Cumbre Iberoamericana en Cádiz en 2012, al señalar que “Iberoamérica estaba en alza. Nuestras miradas se vuelven a vosotros”.

Complementando lo anterior, el Presidente Mariano Rajoy, manifestó en la misma oportunidad, que “Los lazos históricos y culturales que nos unen, la cercanía cultural, el idioma, y el conjunto de intereses comunes, junto con la experiencia de empresas que están empezando a abrir mercado en estos países, deben servir para aumentar flujos de comercio e inversiones”.

Estos factores, unidos al crecimiento económico experimentado por América Latina en los últimos años, han pavimentado el camino para que España dirija sus exportaciones e inversiones, ya no tanto hacia la propia Unión Europea, sino que también a otras regiones con altas proyecciones económicas como lo es América Latina.

En este sentido permítanme destacar que dentro de nuestra región, en el último tiempo tanto España como otros países, han clavado sus ojos principalmente en la costa occidental de América Latina, que bordea el Océano Pacífico, donde ha surgido una iniciativa que, en su corto andar, ha concitado gran interés mundial por sus particulares características en general, y de sus Estados miembros en particular.

Me refiero a la Alianza del Pacífico (AP), un proceso de integración reciente, abierto a países que compartan los objetivos de avanzar progresivamente a crear una zona de libre circulación de bienes, servicios, capitales y personas (considerando el ejemplo europeo); y el de profundizar la cooperación e intensificar los flujos de comercio e inversión entre sus países miembros y terceros mercados, para consolidarlo como una “plataforma” hacia otras regiones, en especial hacia el Asia Pacífico.

Vale resaltar que la AP constituye el 35% del PIB de América Latina, con un comercio superior al del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay), según datos de la OMC. Además, representa un mercado de más de 200 millones de consumidores, y supone de manera conjunta la novena economía del mundo, al exportar US 440 mil millones y asumir el 50% de las importaciones de la región.

Entre los otros cometidos de la AP, se cuentan el llegar a convertirse en un bloque fuerte, unido y dinámico que permita conquistar nuevos mercados, fortalecer empresas, atraer inversiones, detonar el potencial de crecimiento de América Latina, y convertirse en el principal interlocutor de la región a nivel mundial.

Con respecto a la inclusión de España en la AP, cabe destacar que es el primer país europeo en adquirir el estatus de observador. Su interés por esta iniciativa responde principalmente al hecho de que España tiene una inversión acumulada en esta zona de aproximadamente 45.000 millones de euros. Además, es sabido que todo lo que suponga intensificar las relaciones con América Latina, allanar el camino a las empresas españolas, y atraer inversiones al país hispano, es de gran importancia para su economía.

Asimismo, cabe señalar que la Alianza del Pacífico tiene para España otro atractivo especial, que es la seguridad jurídica que ofrece para las inversiones extranjeras, cualidad que, como bien es sabido, ha desaparecido prácticamente en otros países de América del Sur. Esto, unido a la estabilidad de sus democracias e instituciones, el orden constitucional, el Estado de Derecho, el libre comercio, y el respeto a la iniciativa privada, como base de sus actividades.

En vista de lo expuesto, creo firmemente que así como lo hizo la corona española hace siglos atrás, la España actual, respaldada por su monarquía y su gobierno, deben continuar fijando su mirada hacia el oeste, y en particular a esta nueva unión de países que es la Alianza del Pacífico, que en palabras del Presidente Rajoy “representan una atalaya privilegiada hacia ese océano de oportunidades para todos en el siglo XXI”.